El último dia se me olvidó llevarme la cámara, pero hoy no, así que he hecho un par de fotos de cómo dejamos todo cuando acabamos para dejar constancia de por donde íbamos. La primera, del motor cerrado con aspecto de antigüedad porque tenía la cámara en modo no se qué (había estado experimentando con ella el día anterior)
Hasta ahí llegamos el último día. Ayer volvimos a meterle mano. Para empezar, yo me puse a preparar la pintura de depósito, colín y guardabarros. De ellos, el guardabarros delantero solo tenía un pequeñísimo roto en un lateral, encontrándose el resto de la superficie perfecta, así que solo tuve que darle un poco de masilla para taparlo y lijar abundantemente para quitar la laca y dejarlo listo para imprimación.El depósito era otra cosa; un bollo de mediano tamaño a la izquierda del tapón, otro pequeño en la parte superior derecha, casi en la unión con el sillín, y un montón de pequeños desperfectos que hubo que tapar con masilla de carrocero (hemos usado la de Ceys, que va francamente bien), lijar, volver a tapar, etc. Los que han hecho esto ya saben de que va el tema. Prácticamente me pegué toda la tarde lijando piezas.



El colín, tres cuartos de lo mismo: un bollo junto al tornillo que sujeta el transportín en el lado derecho y muchas pequeñas heridas por todas partes, que fueron debidamente enmasilladas.
Manolo, mientras tanto, se había dedicado a soldar el espejo-intermitente izquierdo de la Ducati, que se había vuelto a romper (tiene una especial debilidad el intermitente de ese lado, supongo que por caerse en parado por no quitar el candado)
Y pusimos el grupo cónico, con lo que a Manolo se le empezó a poner cara de esto está listo dentro de nada.
Una paradita de lijado para ayudar a Manolo a poner la rueda delantera, cosa que hace una persona sola sin ningun problema, salvo que, como él, se decida a hacerlo por el método lepero, que consiste en fijar la rueda delantera a la mesa y mover la moto para acoplarla. O sea, en vez de poner la rueda a la moto, ponerle la moto a la rueda.
Depósito, colín y guardabarros ya estaban prácticamente lijados, de forma que los dejé a un lado, a la espera de una última mano de lija fina y una manita de aparejo.




