sábado, 28 de noviembre de 2009

2.- RECOGIDA EN CADIZ, PRIMEROS PASOS Y PRIMERA SORPRESA

Sábado, diez de la mañana. Me voy a Alcalá de Guadaira en la R80ST para irme con Manolo hasta Cádiz, donde hemos quedado con Enrique para recoger la R80RT. Hace fresquito, sobre todo en las rodillas, que es que me he puesto un pantalón vaquero para poder trabajar a gusto, y no es lo más propio para ir en moto.
A las once y pico salimos para Cádiz en el Jeep de Manolo con el remolque enganchado. Vamos Carmen, Manolo, Manuela y yo. Viaje sin incidencias y a las 12,40 estamos en el Supersol de la entrada a la zona franca,m donde hemos quedado con Enrique. No lo conozco personalmente, solo por teléfono, y supongo que viene en moto, pero por si acaso le pregunto a un señor que está metido en un coche esperando. No, no es él. Nos metemos en el Supersol a hacer unas compras, y dejar pasar un poco el tiempo. A la una y unos minutos salgo a ver si veo a Enrique. Efectivamente, allí hay alguien esperando con una K100RS. Le saludo de lejos levantando el brazo y me corresponde. Sí, es Enrique. Me llego a saludarlo y mientras sale del supermercado la familia Dodíguez de la Diva, le damos un repaso visual a la moto de Enrique y charlamos un poco; de motos, claro.

Nos vamos a San Fernando siguiendo a Enrique y llegamos al garage donde estaba la moto.

Enrique llama al dueño, que acude enseguida, y decidimos que la mejor manera de cargar la moto en el remolque es aprovechando la rampa del garaje.Manolo, que tiene autentico control sobre el remolque, mete el coche hasta el fondo, subimos unos metros la moto por la rampa, y voilá, la moto cargada.

La aseguramos con las cinchas

y ya solo queda sacar el coche y el remolque a la calle, que tiene su guasa

pero que Manolo consigue magistralmente,

incluso con algún artista jugándose el pellejo.

Acabada la tarea principal, aparcamos en un lugar apropiado

y echamos unas cervecitas y un poquito de charla.

Al rato, vuelta a casa. La charla es muy agradable, pero el tiempo no se para, Manolo y Carmen tienen obligaciones que atender y yo estoy deseando meterle mano a la moto. Nos despedimos y Enrique nos acompaña, ahora en sentido contrario, hasta Cádiz, y nos deja en la misma entrada del Puente Carranza.

La vuelta, sin inicdencias, salvo que alguna se quedó dormida.

Recogimos a Maricruz en Sevilla y nos fuimos a Alcalá de Guadaira, a casa de Manolo, que va a ser el lugar de operaciones con esta moto.
Lo primero, bajar la moto del remolque, aunque ganas no me faltaron de meterme en el remolque durante el camino de vuelta para ir desmontando cosas.

Bajarla fue casi tan facil como subirla. Uno arriba, otro abajo, un empujoncito, y al suelo.

Preparamos la mesita de taller, la subimos, y, listos para empezar. Obsérvese por los rostros que el caballete tiene algun defecto que obliga a esfuerzos considerables para subirla en él.

Fijamos bien la rueda delantera para que se nos mueva lo menos posible, y empezamos el lio.

El objetivo principal era ver por qué demonios no se movían los pistones, para poder hacernos una idea de las posibilidades de recuperación.
Abrimos la cuba del carburador derecho. Normalmente, en estas motos que llevan muchisimo tiempo paradas suele quedar una especie de jarabe marronaceo oscuro, denso y pegajoso, pero en esta había polvo blanco, y ademas, si se fija uno en el flotador, tiene nivel, luego en su dia debió ser una solución de algo en gasolina. ¿Qué era ese algo? Ni idea, pero ya nos enteraremos (espero).

Vuelvo a poner la cuba en su sitio y desmonto todo el carburador. Necesito quitarlo para llegar a desmontar los cilindros, que es nuestra principal preocupación por ahora.

Desmontamos el carburador izquierdo, que tiene otro aspecto distinto, más acorde con lo que es de esperar.

Es asqueroso, pero mas normalito. Ya veremos cómo estan por dentro cuando los abramos. Por lo pronto seguimos quitando los tubos de escape, que estaban bastante agarrados por la oxidación, pero finalmente cedieron.

No así los colectores a los que les dimos una auténtica paliza para intentar moverlos y solo conseguimos nuestro propósito parcialmente. Logramos quitar el izquierdo y los tubos que los conectan (uno de ellos rajado) pero no conseguimos sacar el derecho. Por cierto, de los colectores salío una montañita de óxido de cada uno (lo que se ve en la foto no es ni el 10% de lo que salió). Habra que ir pensando en colectores en mejor estado que estos.

Mientras Manolo se peleaba con el colector derecho yo iba abriendo el cilindro izquierdo: culatin

y culata

hasta llegar al cilindro, que parece que tiene las paredes bien, pero tenía dentro los restos de aceite que le habia echado Enrique, junto con un poco de arenilla. Mala cosa para un cilindro, la arena.

El colector derecho seguía sin querer salir. Probamos golpes, torsiones, llaves de judo, y hasta lo calentamos con una lamparilla de fontanero, pero no se dejó, el muy chorizo.

Intentamos sacar la culata con el colector puesto, pero no nos dejaba hacerlo la barra protectora. A todo esto, íbamos echando una cervecita y unas tapitas, que la tarde avanzaba y ni siquiera habiamos comido, y la mesa se iba convirtiendo en una mezcla rara de piezas y tapas.

Entre tapa y tapa conseguimos abrir un poco la culata para ver el aspecto del cilindro derecho, que era tal que este:

Impresiona encontrarse dentro de un cilindro un cancho como éste. Si a alguien se le ocurre alguna idea, por favor, que lo comunique a la dirección del blog.

No tengo ni idea de cómo ha podido llegar ahí, aunque viendo cómo estaba el carburador, es facil suponerlo: disuelto. Si supieramos lo que es, tal vez se nos aclararía un poco el panorama. Mientras tanto, a pensar.

Que la moto es recuperable, parece que sí, siempre a falta de ver qué mas cosas nos depara la pequeña revisión que le vamos a hacer. Para muestra, vease lo que se consigue solo dándole un poco de limpieza de la habitual:

Por lo pronto nos vamos a dedicar a dejarla lo mas desnuda posible de fibras y después continuaremos el ataque al motor para ver las posbilidades exactas.

Continuaremos informando.

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