Poco más he hecho en este carburador en estos dias, salvo desesperarme porque no consigo quitar los dos tornillos que permiten acceder a la parte superior, ni siquiera con el destornillador de golpe, y ya me está empezando a dar miedo darle más fuerte de lo que le doy. Lo dejo en pausa (lo del standby está bien para los hijos de la Gran Bretaña).
Sí que he conseguido, eso sí, con daños colaterales, quitar los flotadores para acceder a la aguja, que estaba un poco pegada al conducto de entrada de gasolina. Los daños colaterales son estos: el pasador roto.
La aguja del flotador tenía este aspecto, una vez extraída de su conducto:
no obstante parece, una vez limpia, que cumple con su función, y por ahora, no creo que haya que cambiarla.
Aunque Manolo es bastante reacio a cambiar cosas, al final he podido convencerlo para poner todas las tóricas nuevas, porque el aspecto de todas viene a ser el de esta:
En las paredes del carburador se han quedado marcados, horizontales, los niveles del desconocido liquido corrosivo.
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