lunes, 18 de enero de 2010

14.- EL FAMOSO RETEN DEL CIGÜEÑAL

Acabado el desmontaje del otro dia, tocaba meterle mano al retén del cigüeñal, que se ha ganado fama de maldito por lo que se rompe y por lo complicado que parece que es ponerlo, pero ahora veremos que no hay dificultad cuando hay maña, y sabiduría, y guapeza ,y todo eso que tenemos nosotros (no, abuela no tenemos).
Primero se retira el retén viejo haciendo palanca

Luego, en un vaso, tubo, o lo que sea, que tenga el mismo diametro que la pieza donde va a alojarse el retén (yo encontré una de las partes de una tuerca de empalme de PVC) se coloca el retén en seco para que se ahorme.

Le introduje un trozo de celofán de una transparencia de las que se usaban en los retroproyectores antes de que nos invadiera el PowerPoint, de forma que sobresaliera para que permitiera el deslizamiento.

Lo presenté en su sitio

y al mínimo empuje, la ceja del retén que es delicada cual amapola, facilitado su avance por el celofán, entró en su sitio.
Solo quedaba empujar el retén con pequeños golpecitos (tóos por iguá, mi arma, como los buenos costaleros) para encajarlo en su alojamiento. A las primeras de cambio, el tubo de PVC se separó y el retén quedó perfectamente enfrentado con la tira de celofán ayudando.

Unos golpecitos más hasta enrasarlo

retirar el celofán, y listo.

Tampoco era para tanto, asi que la fama de este retén queda desmitificada.

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